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domingo, 25 de septiembre de 2011

BIENVENIDOS AL CURSO 2011-2012

Queridos alumnos del curso 2011-2012 (y demás seguidores):
Os dejo resueltas las primeras cuestiones de este año, las del tema y la organización de las ideas del texto que hemos trabajado en clase estos días, que como ya sabéis cayó en la P.A.U de junio. Lo iré completando conforme lo trabajemos en clase y añadiré en su momento el texto de Antonio Machado.
Espero que os sean de utilidad:

JUGUEMOS
Jugar en la calle. Jugar en grupo. Esa es la actividad extraescolar que un grupo de educadores y psicólogos americanos han señalado como la asignatura pendiente en la educación actual de un niño. Parecería simple remediarlo. No lo es. La calle ya no es un sitio seguro en casi ninguna gran ciudad. La media que un niño americano pasa ante las numerosas pantallas que la vida le ofrece es hoy de siete horas y media. La de los niños españoles estaba en tres. Cualquiera de las dos cifras es una barbaridad. Cuando los expertos hablan de juego no se refieren a un juego de ordenador o una playstation ni tampoco al juego organizado por los padres, que en ocasiones se ven forzados a remediar la ausencia de otros niños. El juego más educativo sigue siendo aquel en que los niños han de luchar por el liderazgo o la colaboración, rivalizar o apoyarse, pelearse y hacer las paces para sobrevivir. Esto no significa que el ordenador sea una presencia nociva en sus vidas. Al contrario, es una insustituible herramienta de trabajo, pero en cuanto a ocio se refiere, el juego a la antigua sigue siendo el gran educador social.
Leía ayer a Rodríguez Ibarra hablar de esa gente que teme a los ordenadores y relacionaba ese miedo con los derechos de propiedad intelectual. No comprendí muy bien la relación, porque es precisamente entre los trabajadores de la cultura (el técnico de sonido, el músico, el montador, el diseñador o el escritor) donde el ordenador se ha convertido en un instrumento fundamental. Pero conviene no convertir a las máquinas en objetos sagrados y, de momento, no hay nada comparable en la vida de un niño a un partidillo de fútbol en la calle, a las casitas o al churro-media-manga. Y esto nada tiene que ver con un terror a las pantallas sino con la defensa de un tipo de juego necesario para hacer de los niños seres sociales.
Elvira Lindo, El País, 24 de enero de 2011.
Cuestiones:
1. Señale y explique la organización de las ideas del texto. (Puntuación máxima: 1.5 puntos)
            El texto parte de la formulación de la idea principal (la cual se puede apreciar incluso en el propio título), es decir, el juego en la calle como una carencia de los niños actuales.
            Relacionados con este tema la autora menciona distintos aspectos:
·         Datos que corroboran su afirmación y su defensa del juego en la calle.
·         Causas que provocan esta situación
·         Beneficios que reporta el juego tradicional.
De las causas que provocan que los niños actuales no jueguen en la calle, la autora se detiene en una: el tiempo que los niños permanecen ante las numerosas pantallas que la vida hoy les ofrece. Y de esas pantallas que menciona, de forma genérica en principio, la autora va a extraer el asunto del ordenador como núcleo temático para criticar que éste esté sustituyendo al juego en la calle, pero para valorar también su utilidad como herramienta fundamental de  trabajo.
Para concluir el texto, la autora realiza una recapitulación final y, a modo de conclusión, reitera su opinión sobre las dos cuestiones en torno a las que se construye el texto: el luego en la calle como algo insustituible, las numerosas pantallas como algo útil, pero que a Elvira Lindo le provoca cierto recelo.


2.2 a) Indique el tema del texto (Puntuación máxima: 0.5 puntos)
            La falta de juego en la calle en los niños de la actualidad
   2 b) Resuma el texto (Puntuación máxima: 1 punto).
       Los niños de hoy apenas juegan en la calle, debido fundamentalmente al abuso de las numerosas pantallas que ofrece el mundo actual. A pesar de que las máquinas suponen una valiosa ayuda, nunca podrán aportar el beneficio educativo que aporta el juego tradicional.