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Mejor con una sonrisa, por ejemplo, la tuya.

¿Por qué no, si hoy es un día espléndido para ello?

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ENTREVISTA con el autor, por el periodista Jacinto Montes, Meliila Hoy


Joaquín Carrillo, jefe de estudios del I.E.S. Enrique Nieto
Joaquín Carrillo Gracia, nació en La Malahá (un pueblo encantador de unos 1700 habitantes situado a 15 kilómetros de Granada) el día 13 de julio de 1968.
Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, y llegó a Melilla en 1994 para dedicarse a su vocación: la docencia.
Ha desempeñado cargos directivos en la Escuela de Arte y en el IES Enrique Nieto, donde está destinado en la actualidad.
Dirigió, durante su estancia en la Escuela de Arte “Miguel Marmolejo”, la revista Enemigo Subterráneo y los proyectos de publicación de varios libros recopilatorios de poesía melillense.
Ha participado en numerosas publicaciones relacionadas con la lengua y literatura españolas o con el ámbito de la enseñanza.
Obrero de la docencia, coyunturalmente capataz de la empresa, presume sólo de un título: PERSONA.
Mayor aspiración: ser “más y mejor” persona cada día.
ENTREVISTA (Por el periodista Jacinto Montes)
¿Cuándo surgió en ti la idea de dedicarte a la enseñanza?
No sé exactamente, pero supongo que debió ser algún día trabajando con mi padre en el campo, recogiendo aceituna, sembrando patatas, buscando alcaparras, o yo qué sé. Aquello era un buen acicate para despertar en uno el aprecio por el estudio. Se lo recetaba yo a más de uno.
¿Es tan gratificante esta profesión?
Para mí sí, de momento. Cada día vuelvo a casa con la sensación de haber aportado algo. Si no pensara eso, supongo que sería muy desgraciado, y seguramente haría muy desgraciados a mis alumnos. Además, si lo comparas con lo del campo…
Lo mejor y lo peor de esta dedicación.
Lo mejor son los alumnos… y lo peor, a veces, también. ¡Es broma! No, lo peor es la gente que se dedica a esta profesión sin creer en ella.
¿Es muy duro ser Jefe de Estudios?
Teniendo en cuenta que se tiene uno que “pelear” con los alumnos, con los padres, con los compañeros y con la administración… ¡qué va, es muy divertido! La verdad es que, a veces, pasa factura.
¿Hay en Melilla institutos de primera y segunda categoría?
Desgraciadamente, existe la sensación de que eso es así. Habría que hacer algo para evitarlo. No obstante, los institutos los forman las comunidades educativas de los mismos, y en ese sentido todos somos de igual categoría. ¡Y no es demagogia!
¿Tiene el I.E.S. Enrique Nieto suficientes recursos materiales y humanos?
Para ir tirando…
¿Fracaso escolar igual a fracaso familiar?
Y social, y personal, y del sistema educativo, y de los docentes. Cada uno piensa que es culpa de los otros, pero todos tenemos nuestra parcela de responsabilidad.
¿Qué aconsejaría a un joven para que no abandonase los estudios?
Intentaría despertar en él su pragmatismo, y le preguntaría a qué cree que puede dedicarse sin un “titulillo”, por pequeño que éste parezca. Y, si no lo convenciera, lo pondría a trabajar una semanita con mi padre.
¿El orden y la disciplina deben ser primordiales en un centro?
Sí, pero sólo como consecuencia del respeto mutuo.
¿Hay mucho absentismo escolar en su centro?
Realmente, hay poco; pero, por poco que haya, para mí siempre es demasiado. Hay que seguir trabajando para que los alumnos deseen estar en los centros educativos.
Un alumno sin estudios, ¿puede triunfar en la vida?
Según lo que se entienda por triunfo. Si triunfar es conducir un deportivo con la música a todo volumen, y buscarse la vida para no pagar las multas, evidentemente sí, lo vemos a diario. Pero, eso no es triunfar, para mí.
Usted ha puesto en práctica un sistema de mejora de la enseñanza. ¿Para qué sirve el aula de refuerzo de la convivencia?
Bueno, no he sido yo, sino el centro; hay mucha gente implicada. Más que sistema de mejora de la enseñanza, se trata de medidas concretas para mejorar la convivencia, lo que redunda en la mejora del ambiente del centro y, por supuesto, en la mejora el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El Aula de Refuerzo de la Convivencia pretende dar alternativas a la simple expulsión, que no sirve para nada, normalmente. Queremos que los “chicos malos” se queden con nosotros, a ver lo que podemos hacer con ellos, si trabajamos en un clima distinto al de la clase normal.
¿Y los mediadores?
Ha sido una gran apuesta que está dando buenos resultados, y va obteniendo el reconocimiento que se merece. Se trata de que los propios alumnos ayuden en la gestión de la convivencia en el centro. Controlan, vigilan, ayudan a sus compañeros, median en conflictos, etc. Se trata de creer en los alumnos. A veces, parece que un tercio de los jóvenes acosa a otro tercio, con la complicidad del último tercio. Y eso no es verdad.
¿Y el tutor afectivo o individualizado?
En este caso, pretendemos que un profesor establezca vínculos con un alumno problemático, o con problemas (que no es lo mismo), para orientarlo y ayudarlo en lo personal y académico. Queremos que vaya un poco más allá que el tutor del grupo.
¿Violencia escolar es similar a violencia familiar?
En muchas ocasiones la una es consecuencia de la otra. Violencia es violencia y está en todos los ámbitos. Incluso funciona como modelo en los medios de comunicación.
Si después de todo esto aún hay fracaso escolar, ¿Qué hacemos con los niñ@s?
Seguir intentándolo… y si no se consigue, se intenta de nuevo de otra manera. Todo, menos dejarlos en la estacada. No podemos desfallecer y rendirnos, porque hay mucho en juego.
Nunca en la Historia de España se gastó más dinero en Educación y tenemos los peores resultados académicos ¿A qué cree usted que se debe?
¿Los peores resultados académicos de la historia? ¡Eso es mucho decir! ¿Acaso era mejor cuando sólo estudiaban unos pocos privilegiados? Para algunos, seguro que sí. Entonces no se hablaba de fracaso escolar, ni de absentismo, ni de deserción escolar, ni de disrupción en las aulas. Creo que hay mucho que mejorar, pero no creo demasiado en los resultados porque no creo tampoco en los mecanismos para medirlos; no tienen en cuenta todas las variables.
Usted creó una revista hace unos años:”Enemigo Subterráneo” ¿Quiénes son esos personajes en la actualidad?
Sean lo que sean, seguro que en todos ellos pervive el espíritu del Enemigo Subterráneo. Y seguro que el Enemigo los hizo mejores. Además, parafraseando a Cantinflas, el Enemigo parece que se fue, pero no es cierto.
¿Qué le llevó a militar en un partido político?
Mi militancia es anecdótica. Poca gente sabe de ella. Curiosamente, me afilié para que mi voz fuera escuchada en el ámbito oportuno ante lo que pensé que eran determinadas actuaciones y decisiones infames en el ámbito de la educación. Tengo la sensación de que sirvo de poco… o de nada, quizás porque no “sirvo” a nadie.
¿Vivimos en una sociedad desencantada?
Vivimos en un mundo encantador, a pesar de nosotros y de nuestras miserias morales.
¿Están enterradas las ideologías y prolifera la pragmática?
No hay ideología, hay ansias de poder, salvo honrosas excepciones. Me hace gracia ver a determinados individuos de esta ciudad manifestando que son de izquierdas o derechas, según el interlocutor. Hay personajes que después de cada proceso electoral deben preguntarse “¿quiénes hemos ganado… esta vez?”. No sé cómo se las apañan para obtener siempre algún beneficio.
Los políticos analfabetos, ¿son más peligrosos que los cultos?
El político tonto es peligroso porque la estupidez es muy osada; pero es más peligroso el que sabe, porque, si quiere hacer daño, conoce los resortes para ello. Falta buena gente y buenos profesionales en política, y sobran los que hacen de la política su profesión.
El poder, ¿contamina siempre?
El poder pudre a quien ya está contaminado.
¿Usted cree más en las relaciones basadas en el poder, la fidelidad o las que lo están en el amor?
En las de poder no se debe creer, porque no suelen ser auténticas, debes andar vigilando a tus enemigos… y a tus amigos. Creo más en las basadas en la fidelidad o el amor, aunque estas últimas presentan un peligro: la línea que separa el amor del odio, a veces, es apenas perceptible.
El oso pardo se le protege como especie en peligro de extinción ¿por qué dejamos que los pobres se mueran de hambre?
Salvar al oso pardo no perjudica a nadie, pero acabar con la pobreza es un mal negocio para los que manejan los hilos del mundo.
Dice un amigo mío que escapar no es cobardía, es ligereza de piernas ¿De qué huye usted?
De nada, ni de nadie. Como mucho de mí mismo, aunque nunca consigo estar a demasiada distancia.
¿Con qué personaje de los comics identificaría a Bush?
No conozco a ningún personaje de cómic tan ruin, ni tan tonto.
¿Sabía usted que el móvil crea adicción y que su supresión puede producir acatisia. ¿A qué aparato está enganchado usted?
A ninguno, y espero no estarlo nunca.
Hollywood es la fábrica de los sueños en este planeta ¿Quién se encarga de producir las pesadillas?
Goya decía que la razón. Yo digo que los telediarios; o, mejor dicho, la propia realidad.
¿Vivimos en una época de reivindicación del placer y el erotismo a todos los niveles?
Sí, y me encanta. Mejor eso que reivindicar la violencia o el integrismo religioso (sea cual sea el dios al que se rece).
¿A quién ha sido usted más fiel: a sus ideas o a su corazón?
A las dos cosas. Las buenas ideas con corazón son lo mejor, sobre todo si se tiene buen corazón.
¿Qué le da a usted más pánico: montarse en globo o que le hagan global por todo el morro?
Lo de montarme en globo me aterra, lo de la globalización me indigna.
¿Hacia dónde hay que mirar para hacer el bien en esta sociedad?
Hacia uno mismo. Haz lo que te gustaría que hicieran contigo. Absténganse masoquistas.
¿El mayor triunfo en la vida?
Que mi gente esté orgullosa de mí.
¿Qué recuerdos guarda usted de su niñez?
Buenos recuerdos… y no tan buenos, sobre todo, cuando mi padre emigraba. Dejó de hacerlo cuando terminé yo mis estudios. Procedo de una familia muy humilde… pero muy honrada. Estoy muy orgulloso de haber luchado junto a mis padres para llegar hasta aquí.
Lo que más detesta de sí mismo.
Nada. Cada vez me gustan más mis defectos. Tengo muchos y he aprendido a quererlos, ¡pobrecillos! La verdad es que detesto equivocarme, aunque no me cuesta reconocerlo y arreglarlo.
Un inconveniente de ser poderoso
No lo sé, nunca me he sentido poderoso. Pero, intuyo que un inconveniente debe ser la soledad.
La mayor traición.
La mentira sistemática.
¿Cuál es, en su opinión, su mayor defecto y su mejor virtud?
Mi mayor defecto es que digo las cosas en su momento y con claridad, y mi mayor virtud es… ¡que digo las cosas en su momento y con claridad!
¿Alguna vez se ha sentido toreado por una mujer?
Pues no, y eso me preocupa. Porque seguro que ha ocurrido y no me he dado ni cuenta.
¿Ha conseguido curarse de ese mal?
No creo. Nadie me ha prescrito tratamiento nunca.
¿Qué le hace sentirse más inseguro?
La ignorancia.
¿En qué le han mejorado los años?
Tengo más confianza en mí mismo.
Elija una época de su vida
Espero que las que aún no he vivido, sería buena señal.
¿Suele escuchar los consejos que le dan?
¡Siempre! Otra cosa es que les haga caso.
¿Hasta dónde llega su ambición?
Un paso más allá de donde me encuentro en cada momento. Cuando me encuentro en la tesitura de dar un paso adelante o darlo hacia atrás, lo doy hacia delante; aunque últimamente he rechazado algunas cosas por las que otros se desviven. Debo estar perdiendo facultades… Hablando en serio, mi ambición es sana, porque generalmente no busco mi propio interés.
¿En qué le cuesta creer más: en la existencia de Dios, en la de los marcianos o en la bondad de la condición humana?
Nunca he visto a Dios, ni he visto marcianos, aunque me encantaría; pero sí he visto personas buenas, los hay por todas partes: unas rezan a un dios, otras a otro, y otras a ninguno.
Si pudiera reescribir su vida, ¿a qué renunciaría hoy?
A nada. Simplemente intentaría subsanar errores.
¿Su comida preferida?
Soy muy simple: una sopa de “fideíllos” con mucho limón, unas lonchitas de jamón (no hace falta que sea ibérico, y si es en taquitos gordos tampoco me importa), y una carne en salsa con mucho pan para “mojetear”. Y si lo acompañamos con un buen vinito tinto, mejor.
¿Le gusta la cocina?
Según su tamaño, equipamiento y decoración.
¿El regalo que más le ha emocionado en su vida?
Mis hijas. Son mi tesoro. Gracias a mi mujer.
¿Un sueño?
No perder jamás la capacidad para soñar.
¿Su último libro de lectura?
Un manual de funcionamiento de un mp4. Tan enigmático que lo he leído dos veces y aún no sé para qué sirven la mitad de los botones. Como la buena literatura, con cada lectura descubro algo nuevo. Espero descubrir en la próxima cómo se carga la batería; y no es por anhelo intelectual, es que ha dejado de funcionar.
Antes de eso he leído Memoria de mis putas tristes, de Gabriel García Márquez.
¿Qué le gustaría comer el último día de su vida?
No sé. Quizás, lo que te dije antes. Pero me conformo con que no sea suero administrado vía intravenosa.
¿Quién cocinaría?
Mientras no sea el cocinero de un hospital, me da igual. Mi mujer tampoco… que descanse, porque espero que ya esté muy viejecita.
¿Qué bebida tomaría?
Me gustaría tener la lucidez y la capacidad física para poder elegir.
¿Qué lugar elegiría?
No te voy a decir ninguno. A ver si así la muerte tarda más en dar conmigo.
¿Pondría música?
¿Mientras me muero? ¿Para qué? ¿Para amenizar el evento?
¿Quién le acompañaría?
Espero que gente que me quiera.
¿Con qué y con quién se retiraría a una isla desierta?
Me llevaría algún aparato para avisar de que me rescataran pronto. Creo que me iría solo, porque lo considero un castigo. ¿Sabes lo duro que es estar a solas conmigo? Bueno, sí, me llevaría a alguien muy malo, más que nada por quitarlo de la circulación un tiempo.